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UN DRENAJE SIN CÁNTICO

Publicado: 2010-10-28

Escrito para la edición N° 24 (octubre – 2010) de la revista mensual de análisis político CON SENTIDO.

En los últimos tres meses caminar por las calles adyacentes de la plaza principal de nuestra cuidad se ha convertido en la angustia más intensa de los miles de ayacuchanos que cada día se desplazan hacia sus centros de trabajo y vivienda.

Hoy, hablar -en tiempos de lluvia- de la prolongación San Martín, jirones San Martín, Lima y Arequipa es referirnos al peligro más latente, por causas naturales y la intervención de la mano del hombre, de los últimos años. Peligro generado por la propia Municipalidad Provincial de Huamanga, encabezado por el burgomaestre Germán Martinelli Chuchón y los funcionarios de la oficina del proyecto Drenaje Pluvial.

UN BREVE RECUENTO

La escasa genialidad de esta obra vio la luz, inmediatamente, luego del alud que se originó el pasado 16 de diciembre. Como recordaremos las fuertes lluvias acumularon grandes cantidades de agua que descendieron desde el cerro la Picota e ingresaron a las principales calles de la ciudad -jirones San Martín, Carlos F. Vivanco, Lima, Callao, Bellido, Manco Cápac y la avenida Mariscal Cáceres- formando ríos que cruzaban la ciudad congestionando el tránsito e impidiendo el paso de peatones. Sin embargo, el miedo y la desidia de muchas personas originaron que persistiera la decisión de seguir circulando las peligrosas calles desafiando a la naturaleza.

Mientras tanto en el Jr. San Martín, alrededor de las 8:40pm, un huayco de grandes proporciones descendía y arrasaba unos cien metros, aproximadamente, a los vehículos de transporte público y privados que se enfrentaban a la furia de la naturaleza... El saldo de aquel día fue 10 personas fenecidas y varios heridos.

El drenaje pluvial, desde el 16 de diciembre 2009, se convirtió en el caballito de batalla de Germán Martinelli Chuchón. Él no dudó en los “modestos” réditos de popularidad que generaría, antes de las elecciones y conseguir la reelección, entre quienes se impresionaran por las “bravuras” verbales respecto al proyecto de gran amplitud –dinero-: el drenaje pluvial...

Días previos al cierre de la edición conversé con uno de los funcionarios de la Municipalidad de Huamanga, que por seguridad a que no sufra represalias mantendremos su nombre en el anonimato; lo llamaremos, simplemente, “Veco”.

Nos reunimos -jueves 14 de octubre- en una de las heladerías que se encuentran alrededor de la plaza principal de nuestra ciudad; yo, como de costumbre, llegué con 10 minutos de retrazo. Él había ordenado una jarra con jugo de papaya y un pan tostado con queso. En cambio yo, por encontrarme con ciertos ajustes económicos atiné a pedir, sólo, una taza con leche. No pasaron muchos segundos cuando empezó la tertulia sobre el tema que nos había reunido aquella tarde.

“Veco” señala que los huamaguinos piensan que el drenaje pluvial es un proyecto que lo crea y forma el actual alcalde gracias a su “inteligencia” e “intachable“ reputación. “Una cosa es dar propuestas de obras con visión a largo plazo, donde se prevenga hechos como lo sucedido el 16 de diciembre del año pasado y otro, muy distinto, es tener la presión de un desastre que enlutó a los Huamanguinos, de los congresistas y del gobierno central, para que recién el alcalde se proyecte y realice los estudios y se cristalice el nacimiento de este proyecto, totalmente, improvisado”.

¿Cuánto dinero se moverá en la construcción del drenaje? Le pregunto inquieto... “Veco” me contesta. “Cerca de 59 millones de soles. Este es un tema delicado,  esperemos se forme alguna comisión que pueda fiscalizar y determinar los verdaderos gastos del proyecto”... “Veco”, le digo interrumpiéndole, la semana pasada el congreso ha formado un Comité Técnico y Administrativo para ver el caso del drenaje pluvial. Uno de los integrantes del Comité Técnico es el Ing. José Márquez Espinoza... Él, con simpatía, responde. “Que bien, sólo esperemos que hagan un buen trabajo y se conozca afondo las irregularidades y lo improvisado que viene siendo el proyecto”... “Veco” se queda, por algunos segundos, algo meditabundo. Toma un sorbo del jugo de papaya y dice. “El alcalde Martinelli planificó su año. Su primer objetivo fue presentarse a la reelección y ganar, siendo el drenaje pluvial su “mejor“ carta de postulación. Este primer objetivo no le salió a cuentas. Es más, hubieron personas que pagaron los platos rotos de esta pérdida electoral: los trabajadores del drenaje pluvial, básicamente jóvenes y mujeres. Si te das una vuelta, ahora, por los jirones donde se realizan los trabajos te darás cuenta que ya no trabajan jóvenes que iniciaron los primeros trabajos del drenaje y mucho menos mujeres. El segundo objetivo del alcalde es, sin duda, llevarse algo de dinero, como se diría vulgarmente, una tajada de la torta. No recuerdo en mis años de trabajo en la municipalidad haber tenido como alcalde una persona tan corrupta como el que tenemos ahora(...)

PROYECTO EN MARCHA

Si las autoridades recogieran las experiencias de los trabajos de ayer que legan enseñanzas válidas para las de hoy y las de mañana, Ayacucho sería diferente.

Con la anuencia del burgomaestre Martinelli Chuchón y, a pesar, de que ingresamos a la segunda mitad del año donde las lluvias se hacen frecuentes, los trabajos del drenaje pluvial se iniciaron los primeros días del mes de julio. Una decisión apresurada, populista y lleno de intereses personales. Cualquier funcionario con un sentido mínimo de responsabilidad y con una inteligencia funcional no hubiera permitido 1) que los trabajos del drenaje pluvial se iniciaran en tiempos de lluvia y 2) que los trabajos se hubieran emprendido por la parte de arriba (La Picota) y no por la parte céntrica de la ciudad.

Un proyecto que nació y se ilusionó a la población como de gran envergadura se ha convertido en las últimas semanas, después de la fiebre electoral, en uno de los proyectos plagados de mayor corrupción e improvisación. Pues ha generado suspicacias entre la población ayacuchana e incluso del Congreso de la Republica que aprobó, la segunda semana del mes de octubre, por acuerdo unánime la formación del Comité de Investigación Técnica y Administrativa del “Proyecto Construcción y Mejoramiento del Sistema de Drenaje Pluvial de la Margen izquierda del Río Alameda y el Céntrico Histórico de la ciudad de Ayacucho”, conocido por todos, simplemente, como el proyecto de Drenaje Pluvial. El congresista Pedro Santos se encargará de la parte administrativa y la congresista por Ayacucho, Elizabeth León Minaya, la parte técnica. Esta última comisión lo conforma, también, el Ing. José Manuel Márquez Espinoza, quien fue candidato a regidor a la provincia de Huamanga por el Movimiento Regional “MUSUQ ÑAN”. Márquez Espinoza es recordado como uno de los ingenieros que planteo el corte de las famosas palmeras que posaban, en los años 90, en la plaza principal de Huamanga (Parque Sucre)

El sábado 09 de octubre CONSENTIDO conversó con José Manuel Márquez Espinoza y nos definió el panorama del Drenaje Pluvial.

Fue la primera vez que acerté con la hora y llegué temprano al lugar de la cita: su casa. Sin embargo, fui yo, en esta oportunidad, quien tuvo que esperar cerca de treinta minutos para dialogar con José Márquez. Es este el motivo por el cual trato de llegar 10 ó 15 minutos tarde a mis citas para que el entrevistado no se sienta presionado por la hora pactada...

José Márquez extiende la mano y se disculpa por la demora. Me cuenta que acaba de recibir la documentación por parte de la oficina del Drenaje Pluvial para las investigaciones correspondientes en la parte técnica. “No sé cuales son los motivos por el cual el señor Jorge Escalante Contreras, gerente de la obra, no quería facilitarnos los documentos, el congreso tuvo que solicitarlos y recién hoy nos entregan”.

El problema de las lluvias en Ayacucho y la participación activa de la población para solucionar los problemas de causes y precipitaciones de lodos y piedras que bajan al centro de la ciudad no es de ahora, ni de los años 70 u 80, sino desde el tiempo de la colonia. “Ahora, podemos ver en algunas partes del cerro la Picota muros que se construyeron en la época colonial que aún persisten y siguen cumpliendo su función, pero, lamentablemente, mucho de ellos han sido movidos y sacados de sus puntos originales, encima de ellos se ha construido viviendas”.

Como sabemos COFOPRI, desesperadamente, por cuestiones políticas más que sociales ha titulado a todos los habitantes del cerro la Picota, haciendo difícil la reubicación de estos pobladores que se niegan a irse a otro lugar, porque los títulos de COFOPRI los ampara. Es más, la Municipalidad de Huamanga es la responsable de que hayan destruido los drenes naturales, porque es la autoridad local quien autoriza la construcción de viviendas.

“Los que habitan el cerro de la Picota son personas de Socos, Rancha, Ticcllas, Huascahura que se niegan a ser reubicados. Ante esta dificultad de reubicación lo único que queda es trabajar en esta zona, recuperar los drenes naturales y zonificar para que no se construyan viviendas desordenadamente como vemos ahora”.

EL PRIMER PROBLEMA

José Márquez me explica que existe un pésimo planeamiento en el proceso de ejecución de esta obra, pues se ha roto aproximadamente 1500 m.l. de pavimento del Jr. San Martín y 400 m.l. del Jr. Arequipa, lo cual indudablemente generarán sobre costos en el presupuesto de la obra. Una consecuencia de la rotura indiscriminada de dichos pavimentos es la gran dificultad para ingresar los materiales de trabajo -cementos, fierros, tubos etc.- los cuales se descargarán sólo en las vías transversales -Pizarro, Sol, 3 máscaras, Dos de Mayo, Grau, Libertad y Bolognesi- debiendo transportarse en forma manual hasta cada lugar requerido; así mismo existe el problema de la eliminación de desmonte que también presentará la misma dificultad con los consiguientes sobre costos debido a un mal planeamiento de ejecución de obra.

Ante estos problemas los más perjudicados, sin duda,  son las personas que viven en los jirones donde se utiliza las calles como centro de trabajo. Boris Peña, vecino del jirón Pizarro, expresa su indignación. Se ha iniciado con los trabajos en un tiempo que no es el adecuado. Se tiene tres meses de trabajo y no se está avanzando. Nosotros venimos organizándonos para presionar al alcalde entrante y saliente a que firmen un documento de compromiso, donde ellos sean los  responsables directos por las pérdidas humanas y materiales que puedan suscitarse”.

Por otro lado, Boris Peña señala que no sólo padecen del corte de agua, sino que por la naturaleza de la obra se está excavando en los límites de las viviendas cerca de tres metros y esto hace que las viviendas sedan por la humedad y se estén rajando las paredes.

Ante el desasosiego de los vecinos, el Ing. José Márquez explica: Para serte sincero no, porque las viviendas del centro de la ciudad y, también, incluimos al jirón San Martín, estos últimos son los afectados directos, se encuentran construidos bajo un suelo fuerte y estable; sin embargo, existe la posibilidad, esperemos que no sea así, que si las lluvias aumentan en estos meses de pleno trabajo pueda colapsar algunas viviendas, especialmente las ubicadas en la primera cuadra del Jr. San Martín, adyacente a Soquiacato, en las cuales se ha retirado el pavimento prácticamente hasta el límite de propiedad, y en la cual el caudal proveniente de la Av. Quinuapata, el Jr. Los Andes y la misma prolongación del Jr. San Martín, esto producirá un impacto, erosión y probable colapso de dichas viviendas, debido al ingreso de un gran caudal hacia el Jr. San Martín formando una curva”.

Además las quejas de los vecinos también se dan por el ruido de las maquinas que trabajan en el mañana, tarde y noche. “El constante movimiento de las maquinas hace que no podamos descansar ni estudiar. Así mismo amontonan la tierra en las puertas de las casas tapando el acceso a las viviendas; limpian y dejan polvo generando, en los niños, problemas diarreicos y bronquiales” finaliza Boris Peña.

Sin embrago, Jorge Escalante Contreras, gerente del Drenaje Pluvial, sentencia a los vecinos a padecer meses de incomodidad: “La población debe entender que el Drenaje Pluvial es una obra grande. Nosotros no podemos trabajar tranquilamente por el tráfico que se genera alrededor de la obra y también de la cantidad de gente que circula. Afines de diciembre, por lo menos terminaremos con todo lo correspondiente al ducto del drenaje, pero pavimentar las calles no, esto tomara por lo menos un mes más (Enero)

LA EJECUCIÓN: EL SEGUNDO PROBLEMA

Haber iniciado con los trabajos del drenaje pluvial meses antes de las elecciones regionales y municipales, y ser muy evidente el pésimo planteamiento que se observa en la ejecución de la obra, ha hecho, incluso, que se revisen los expedientes técnicos, pues según José Márquez estos habrían sido aprobados sin las verificaciones rigurosas por las que es sometido un expediente de esta magnitud. Cave la posibilidad de lo que se encuentra, hoy, en el expediente, sea un expediente mal elaborado; pues es en el expediente técnico donde se detalla paso a paso todos los movimientos y actos que una construcción debe seguir.

Ante estos cuestionamientos, Jorge Escalante Contreras se defiende: ”Si el expediente técnico está mal elaborado nosotros no estuviéramos aquí trabajando, todo lo tenemos en orden”... Sin embargo, ante la pregunta si es que el Comité Técnico constituido por el congreso llegara a la conclusión de que hay irregularidades en el expediente y en la manera como se está elaborando la obra, Jorge Escalante se queda meditabundo, con los ojos desorbitados, como queriendo decir si o no; finalmente se decide a responder, aunque con algo de fastidio: ”Como gerente claro, tengo que hacerme responsable”.

Las improvisaciones siempre llevan a que una obra pública sea el menos favorecido. “Lo que debieron hacer los que están a cargo del proyecto es 1) haber conocido y valorado integralmente el esquema general de drenaje pluvial de la ciudad y 2) asignar un presupuesto de la Municipalidad de Huamanga para efectuar la limpieza de drenes, reconstrucción de muros de estabilización, reforestación y reubicación de moradores asentados en forma precaria al borde de muchas cárcavas y quebradas del cerro La Picota”, añade José Márquez.

Por su parte Jorge Escalante piensa todo lo contrario: Lo más rápido es hacer el Drenaje Pluvial, pensar en reubicarlos tardaría un promedio de 5 años y no estamos para eso”.

En cuanto a los jóvenes –sin experiencia- que vienen laborando en el drenaje pluvial como jefes de obra, Escalante Contreras responde: ”No hay jóvenes trabajando como jefes de obra, es mas, ni hay mujeres. Construcción civil pidió que las mujeres no trabajaran, porque el desempeño laboral no es el mismo que el de un hombre”... No obstante el problema no estaría precisamente en el desempeño laboral de las mujeres, ya que ellas cumplen un papel determinado en trabajos de construcción, sino que Ayacucho es aún una ciudad donde no se acepta la igualdad de trabajo.

¿TERMINARA EN DICIEMBRE?

Por otro lado, se ha dicho que los trabajos del drenaje pluvial finalizarán la última semana de diciembre, aunque esto no se concretaría.

Para concluir con los trabajos en el mes de diciembre, nos explica José Márquez, según los cálculos matemáticos, teniendo como fecha de inicio el 1 de setiembre y quedando desde entonces cerca de 4 meses (120 días), las cantidades mínimas diarias a utilizarse en la ejecución de los 1500 mts del drenaje subterráneo del Jr. San Martín y los 400 mts del Jr. Arequipa deberá ser: 25 m3 de afirmado, 58 m3 de concreto y 2.7 Tn de fierro.

En contraposición a este planteamiento, Jorge Escalante Contreras manifestó que llegará a utilizar 120 m3 de concreto diario; es decir, el doble de lo que José Márquez propone. “El planteamiento de Jorge Escalante es realmente ilógico, no se va a poder”...

Hasta el cierre de esta edición las dos cifras vertidas -58 m3 y 120 m3 de concreto- no se viene cumpliendo en ninguno de los casos. El porcentaje de concreto que vienen utilizando es inferior al de 58 m3 diarios.

En síntesis, una obra de gran envergadura como el drenaje pluvial no se puede realizar improvisadamente y con una mala planificación en la ejecución de la obra en cuatro o cinco meses. Por otra parte, el aspecto presupuestal –económico- del proyecto, 59 millones de soles aproximadamente, que se destinará a la ejecución de esta obra. En el último mes –setiembre- vimos como se viene utilizando el dinero en la compra de materiales; en el expediente técnico se reasalta la compra de materiales de primera calidad, en la practica es totalmente diferente, se viene adquiriendo materiales de tercera calidad. Así mismo, el drenaje pluvial es una obra que se viene ejecutando de manera directa, es decir lo ejecuta la misma municipalidad. Sin embargo, expertos en la materia nos aseguran que el drenaje pluvial debió ejecutarse a través de contrata –licitación- y no de manera directa como viene sucediendo. Para que una obra se realice de manera directa la municipalidad debe contar con toda la logística necesaria para realizar un buen trabajo. A pesar de que el alcalde, Germán Martinelli, salga por los diferentes medios de comunicación a decir que la municipalidad cuenta con maquinarias para la elaboración eficaz de la obra, gracias a los obsequios de empresas trasnacionales, lo cierto es que la municipalidad no está en la capacidad de ejecutar una obra como el drenaje pluvial.

Cuando Germán Martinelli Chuchón asume las riendas de la Municipalidad de Huamanga, existían propuestas y proyectos sobre drenajes a realizarse en nuestra ciudad. Esto por un buen tiempo se mantuvo oculto, porque eran propuestas y proyectos poco atrayentes para una autoridad que busca el populismo y el interés personal. Es a raíz de las perdidas humanas suscitadas el pasado 16 de diciembre 2009, que recién se empieza a tomar en cuenta y valorar los proyectos de drenaje. Sin embargo, la chambonada de las autoridades municipales no se hizo esperar; se iniciaron con los trabajos de la obra en el centro de la ciudad, dejando de lado el núcleo del problema que es el cerro de la Picota.

Por tales motivos podemos precisar que la elaboración del expediente técnico no se realizó teniendo en cuenta los datos de la ciudad; fue un expediente realizado en el escritorio de un gabinete y no en el campo de acción de los problemas.

Por último, una educación ambiental es lo que debe primar en las nuevas generaciones que se viene. Concienciar a las personas que urbanizar los drenes naturales, huaycos y quebradas no es sinónimo de transformación, progreso ni mucho menos modernidad. Debemos aprender a respetar los conectores que la naturaleza nos ha brindado.

Sin duda, revelar la verdad de los hechos es ir contra los que se agazapan y galopan en la fatídica corrupción. ¿Qué es?... Sociedades que se aquejan y resquebrajan, como la nuestra, por vivir en la pobreza, injusticia, intolerancia y desasosiego, donde el avispado es el que tiene el poder.

Fsb//chichu

28/10/10

16:45


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Me llaman Chichu, soy redactor en Ensartes y estoy en las andadas siendo periodista.


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