DEBATE PRESIDENCIAL 2011 (Keiko Fujimori y Ollanta Humala)
El debate de anoche entre los candidatos Keiko Fujimori y Ollanta Humala pasó a la historia electoral de nuestro complicado país.
Por un lado, Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori –condenado por casos de corrupción y violación de derechos humanos- está a unos días de convertirse, posiblemente, en presidenta del Perú. Ostentando así el privilegio de ser la primera presidenta de los peruanos, privilegio que no merece –tampoco lo merecía Lourdes Flores Nano en las elecciones pasadas-. Sin embargo, me animo a vaticinar que el privilegio de ser la primera mujer en ser elegida democráticamente para ocupar palacio de gobierno podría ser Beatriz Merino.
Anoche Keiko Fujimori mostró, sobre todo, el clientelismo al mismo estilo del gobierno de su padre, al resaltar los regalos de “buzos, calzados y combos”. En el caso de las esterilizaciones forzadas durante los años 90, Keiko Fujimori se quedo sin argumentos y sólo atinó a decir que las personas que la rodean son impecables. En la parte de seguridad fomentó la represión más que la prevención. Y negó durante todo el debate que su padre esté detrás de ella monitoreando la campaña de Fuerza 2011, incluso mostrándose por momentos airada.
Por el otro lado se encontraba el comandante en retiro Ollanta Humala, quien tiene tras su espalda dos posibles golpes de Estado, como llama Keiko Fujimori. De los cuales uno de ellos ha tratado de esclarecerlo –Andahuaylas-. Sin embargo, lo sucedido en Locumba hasta hoy no ha sido zanjado. Tanto así que el caso Locumba se ha convertido en una obsesión por parte de los hombres de prensa para encontrar pruebas fehacientes que relacionan el levantamiento Ollanta Humala con la huida de Vladimiro Montesinos.
El candidato de Gana Perú fue más cauto, como se dice en el argot popular no pisó el palito y no le incomodó las preguntas vertidas por su competidora. Hizo hincapié en la lucha contra la pobreza y resaltó el proyecto “Pensión 65”. Dejo en claro que los hombres de cuello blanco –corruptos- serán juzgados con todo el peso de la ley. En lo que respecta a seguridad manifestó que los que se encuentran en las cárceles no estarán como parásitos, sino que trabajaran, porque las cárceles no son lugares de descanso, como muchos confunden. Y dejo dos posturas muy claras: un gobierno de interculturalidad democrática y oportunidades para todos, aspectos que hasta hoy no existe en la vida de los peruanos (...)
Me sería raro ver el Perú gobernado por Keiko Fujimori y sus secuaces, eso no quiere decir que si gana la candidata de Fuerza 2011, estaré en contra de la decisión popular, pero sería muy triste. Es más, pienso que es una cuestión de principios e historia –conciencia- no votar por Keiko Fujimori y su grupo… Por ejemplo, si hubieran pasado a la segunda vuelta PPK y Keiko Fujimori, créanme que con el dolor de mi corazón hubiera votado por PPK (enlace), pero jamás por la hija de Alberto Fujimori.
El panorama electoral que hoy tenemos, como lo dicen los que perdieron, es un reflejo de la sociedad peruana: una sociedad alicaída políticamente y aventurera. Para otros es el reflejo de que los peruanos ya están cansados de los mismos políticos y promesas de siempre, por tanto buscan un cambio.
Los peruanos que apoyan al candidato de Gana Perú, Ollanta Humala, consideran su discurso como un cambio del sistema, respeto y oportunidades, totalmente diferente a lo acostumbrado. Por eso los conservadores y grandes poderíos económicos hacen hasta lo imposible para que el candidato de Gana Perú no llegue a Palacio de Gobierno. Sin embargo, esperemos que el discurso de Ollanta Humala, si ganase las elecciones, no se pierda en el camino como sucedió con Alejandro Toledo en el 2001.
De ambos candidatos lo que detesto es el clientelismo puro que vienen profesando. Aunque si ganase Ollanta Humala y entendiera y respetara la pluriculturalidad, enfrente la corrupción y el narcotráfico, realice la reforma educativa, haga la redistribución de la riqueza, no me refiero a la distribución económica o al clientelismo, sino me refiero una distribución de la riqueza desde la reforma educativa de acuerdo a las realidades de cada región, capacitación a las personas y darles, sobre todo, oportunidades. Con eso ya sería suficiente como para iniciar ese gran cambio que los peruanos y las personas más humildes y desfavorecidas piden a gritos…
No soy partidario de Ollanta y espero no herir susceptibilidades…
Fsb//chichu
30/05/11
10:00